domingo, 11 de setembro de 2011

EL COLOR DE MI DESTINO


Muchas películas hablan sobre los sentimientos de pérdidas, nostalgia y desarraigo por la que pasamos muchos de los inmigrantes que llegan a nuevas rutas, en busca de nuevas oportunidades. Los motivos que nos llevan a “patiperrear”. Películas brasileñas, tales como, “bicho de 7 cabeças” de Laíz Bodanzky, “Lisbela e o prisioneiro” de Guel Arraes y principalmente “Jean Charles” de Henrique Goldman, muestran los temas mencionados y con agravantes, que cuestiona el tema de la familia.
El tema de la migración en mi vida es muy significativo, siempre ha estado muy presente. Residente en Brasil desde mediados de los 70, siempre me he sentido con un pie en Brasil y otro en Chile, y lo más divertido es que después de tantos años, cuando estoy en Chile me llaman de brasileño y si estoy en Brasil paso a ser el chileno, a final el tema de la identidad siempre está latente.
Como educador y formador siempre menciono temas significativos, tales como la identidad, como construir esa característica tan difícil de establecer. A final desde pequeños somos obligados a tomar definiciones en nuestra vida, amistades, sexualidad, profesionales, afectivas y tantas otras que hacen de nuestra vida un constante torbellino.
Con el tiempo y con los hijos, la posibilidad de retorno a la patria se hace mucho más difícil. Para mi hija, Chile se transforma en una amenaza, ya que significa la separación con su padre. El trabajo es otro hecho que dificulta el retorno, ya que la inserción laboral en Chile es muy difícil después de 10 años fuera del país. Así es que nos quedan algunas alternativas, viajar constantemente a Chile y reunirnos en comunidades chilena, realizando actividades culturales.
Empiezo hablando de cine y desarrolle el texto a través de mis experiencias de vida, mas lo importante de este preámbulo es justamente para invitarlos a ver una de las películas que me identifican y que reflejan los sentimientos del inmigrante chileno que muchas veces no tuvo la oportunidad de elegir donde estar. Es así como sucede en la película “El Color de su destino” del director chileno Jorge Durán. No voy a contar la película ya que me interesa que la vean, mas les diré que Jorge ha realizado su vida de creador audiovisual en Brasil y es uno de los pocos chilenos que conozco que desarrollan su vida profesional a través de la cultura.
Sobre la comunidad chilena podemos decir que en Brasil, los inmigrantes empiezan a llegar a partir de los años 70, principalmente para trabajar como obreros en las grandes industrias automovilísticas de São Paulo. Sus hijos se ambientaron rápidamente en Brasil, sus hijas eran protegidas como la reina de la casa y terminaron casándose con brasileños y los hijos muchos trataron volver a Chile, acompañaban a sus padres en los mismos oficios de estos o finalmente partían para la educación. Con la globalización y con el Mercosur se abrió un nuevo mercado profesional para estos ciudadanos, aprovechar de una ventaja comparativa que es su idioma materno. Es así como hoy encontramos una necesidad de retornar a los origines, principalmente porque ahora Chile no es solo Pinochet, sino que también es turismo, comercio y un modelo en educación.
Por eso los invito a ver la película de Jorge Durán, porque es una forma de volver a los orígenes y retomar la identidad perdida. Somos chilenos residentes en Brasil y de la misma forma que debemos respetar este país que nos acoge de forma fraternal, también debemos descubrir nuestros orígenes. En Goiânia la película “El color de su destino” será presentada el domingo, 18 de septiembre en el Centro Cultural Goiânia-Ouro en el centro, a las 17 horas.